miércoles, 27 de noviembre de 2013

Gale Hawthorne - Capítulo 3

Ella mira hacía el nada, y suspira.
-No quiero tener hijos.
-Puede que yo sí, si no viviese aquí.- le respondo, pero entonces veo su cara, lo que acabo de decir parece que mucha gracia no le a hecho, y me responde irritada.
-Pero vives aquí.
-Olvídalo.
La conversación no va de buen camino, y hoy no es el mejor día para discutir, para nada.
-¿Qué quieres hacer? - pregunta ella, algo más calmada.
-Vamos a pescar en el lago. Así dejamos las cañas puestas mientras recolectamos en el bosque. Cogeremos algo bueno para la cena.
La cena... Hoy cenar en casa sería una buena noticia.
En algunos distritos la gente hoy se presentará voluntaria para ir a los juegos, pero eso en nuestro distrito no pasa. Nosotros tenemos miedo, miedo a los juegos, miedo al capitolio. Y por eso nunca se a presentado ningún voluntario en nuestro distrito.
Hoy muchas familias celebrarán que sus hijos o hijas estarán a salvo, por así decirlo, durante un año más. En cambio, dos familias se encerrarán y les darán el último adiós a sus hijos e hijas.
Pero ahora no quiero pensar en eso, ahora estoy en el bosque. A salvo. Con Katniss.
De camino a casa pasamos por el Quemador, el mercado negro de nuestro distrito. Cambiamos algunas cosas hay, y nos dirigimos hacía la casa del alcalde, para venderle la mitad de las fresas, y además él nos paga bien.
Su hija a sido la que nos ha abierto la puerta, va vestida con un caro vestido blanco, y su largo pelo rubio lo lleva recogido con lazo rosa.
-Bonito vestido - le digo, casi sin querer, y con bastante malicia.
Ella me mira fijamente, como pensando que hacer.
-Bueno, tengo que estar guapa por si acabo en el Capitolio ¿No?
¿Queeeeeeeeeeeeee? Y ahora soy yo el que no sé que responder, esta claro que me esta tomando el pelo, que ella vaya a Los Juegos es prácticamente imposible, es la hija del Alcalde...
-Tú no irás al Capitolio -Le respondo con mal humor. Pero en ese momento mis ojos se van hacía el adorno dorado que lleva Madge en el vestido. - ¿Cuántas inscripciones puedes tener? - Sigo.- ¿Cinco? Yo ya tenía seis con sólo doce años.
Y esa es la horrible verdad.
El Capitolio juega con nosotros, con los pobres. No tenemos que llevar a la boca, y tenemos que pedir teselas, pero a cambio de esas teselas nuestro nombre entra más veces a la urna. Los que son ricos, no tienen que pedir teselas, y tienen muchísimas menos probabilidades de salir para Los Juegos. En resumen, El Capitolio demuestra que puede jugar con nuestro hambre, al fin y al cabo nos hacen marionetas de su juego.
-No es culpa suya. -Dice Katniss, ella me entiende, sabe porque he dicho esto, pero no quiere herir a su amiga, pero las cosas son así, y ella lo sabe mejor que nadie.
-No, no es culpa de nadie. Las cosas son como son.- Le respondo frío.
-No es culpa suya --intervengo.
-No, no es culpa de nadie. Las cosas son como son --apostilla Gale.
-Buena suerte, Katniss- dice Madge, mientras paga las fresas. Me vuelve a mirar pero sin ninguna expresión, solo me mira.
-Lo mismo digo- Responde Katniss, y con una última mirada a cada uno nos cierra la puerta.
Caminamos en silencio hacia la Veta.
Pero no puedo evitar pensar en Madge, su nombre solo entrará cinco veces ¿Porqué? Porque tiene dinero.
Y mi nombre entrara cuarenta y dos veces... Y el de Katniss veinte veces.

No hay comentarios: