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sábado, 7 de diciembre de 2013
Gale Hawthorne - Capítulo 7
Effie parece entusiasmada, muy ilusionada. Por primera vez en su distrito pasa algo "emocionante".
Effie hace un par de preguntas a Katniss, y al terminar pide un aplauso para ella.
Pero nadie aplaude.
Aquellos que no pierden nada, que les da absolutamente igual lo que pase, no aplauden.
Y no aplaudir es la manera más clara de demostrar que no estamos de acuerdo, que esto que esta pasando no esta bien, que no nos gusta.
A Katniss se le alumbra la cara, y con razón; acabamos de demostrar que no solo somos cuatro gatos que van a la mina, que somos personas y no estamos de acuerdo con lo que esta pasando, no.
Veo como el chico que esta alado mio se me acerca un poco.
Es un chico de la Veta, le conozco de vista del colegio pero creo que nunca he hablado con él.
-Hagamosle a Katniss el saludo, nuestro saludo. Se lo merece.
Y sin pensármelo dos veces llevo mis tres dedos centrales de la mano izquierda a los labios, y luego señalo a Katniss con ellos.
Todos los que están a mi alrededor me imitan, y poco a poco toda la plaza pone sus tres dedos en alto.
Ese saludo es muy especial en nuestro distrito. Es un saludo antiguo, que apenas se utiliza; significa respeto, admiración y adiós.
Y en ese momento Haymitch se levanta, busca las cámaras y grita mirando a ellas.
-¡Miradla, miradla bien! - le pasa un brazo por encima del hombro a Katniss - ¡Me gusta! Mucho... - se pausa un par de segundos y después de respirar muy hondo exclama -¡Coraje! ¡Más que vosotros! ¡Más que vosotros.
Haymitch es sucio y borracho hombre, pero se acaba de ganar todo mi respeto; no todos los días podemos ver como un hombre se dirige así al mismísimo Capitolio. Y seguramente que pagará por esto, pero sin duda a merecido la pena.
Effie no se puede creer lo que escucha, y se dirige otra vez hacía las cámaras intentando ser el centro de atención otra vez.
Suzanne Collins escribirá una presecuela de LJDH
Hasta hace poco parecía un rumor, pero ahora parece que ya esta mas que confirmado, Suzanne Collins le escribirá una precuela a su famosísima saga “Los Juegos del Hambre”
Al parecer la autora resulto tan sorprendida como sus fans cuando se dio cuenta que la noticia comenzó a circular por toda la red, como era de esperarse, llovieron las preguntas, las ansias y sobre todo la emoción.
La autora revela que con su arduo trabajo en su más reciente trabajo a la adaptación de “En Llamas” a la pantalla grande apenas y ha tenido tiempo de continuar con lo que apenas comenzaba como un simple borrador. “Si van a saber algo, que lo sepan bien” dijo riendo.
Con la euforia creciendo en los fans, la gran Suzanne apenas y nos ha dado información, pero aquí está todo lo que hemos podido recopilar.
• El libro saldría a mediados del 2014
• Al igual que su secuela, el primer libro se dividirá en tres partes.
• El libro trataría del por qué comenzaron Los Juegos del Hambre, del por que comenzó la guerra y de un secreto que podría hacer sucumbir Panem.
• Habrá nueva protagonista, Cagie de 16 años.
Entonces si tienen una agenda para fechas importantes, a los tributos les gustara tomar nota de esto, porque seguramente que esta gran mujer que tiene temblando al mundo, nos dejara sin aliento nuevamente con esta nueva entrega.
Todavía no esta del todo confirmado, tal vez sea solo un rumor... ¡Pero esperemos que no!
Para fuente de información clique aquí.
sábado, 30 de noviembre de 2013
Gale Hawthorne - Capítulo 6
-Primrose Everdeen.
Miro hacia los lados, y veo a Prim, le abren un camino hacía delante del todo. Ella va despacio, como si no hubiese asimilado lo que a pasado.
Después busco a Katniss con la mirada, y la veo quieta. Totalmente inmóvil, como si no hubiese escuchado que su hermana a sido elegida.
Prim... La pequeña, dulce e inocente Prim... Ella tenía solo un papeleta, y a salido su nombre. Pero Katniss sigue quieta, no reacciona.
Miro hacia la multitud, y la gente murmura con tristeza.
Entonces escucho es grito, es Katniss.
-¡Prim! ¡Prim!
Veo como todos los chicos me miran, y me abren un pasillo hacía el escenario, todos se apartan.
Cada vez me cuesta más respirar, si Prim a salido elegida esta claro que hará Katniss... Lo que más temo en este mundo.
-Me presento voluntaria.- se escucha el segundo grito de Katniss, un grito ahogado.- ¡Me presento voluntaria como tributo!
Hace años, muchísimos años que en nuestro distrito no hay voluntarios. Todos y todas tememos los juegos; en algunos distritos, como en el uno y dos por ejemplo, educan a todos los niños y niñas para ir a Los Juegos del Hambre, los entrenan toda la vida y los alimentan bien para que ganen esos juegos, y normalmente el ganados suele ser alguno de esos dos distritos.
En el doce, no pasa eso. Durante el año intentamos olvidar esos juegos, y cuando llega el día de la cosecha solo podemos pensar en que no salgamos elegidos, ni nosotros ni ninguno de los que queremos.
-Espléndido- exclama Effie.- Pero creo que queda el pequeño detalle de presentar a la ganadora de la cosecha y después pedir voluntatios, y, si aparece uno, entonces...-mira hacía la multitud, y decide callarse.
-¿Qué más da? - interviene el alcalde. - ¿Qué más da? -vuelve a repetir, pero de peor humos, más enfadado.- Deja que suba. El alcalde nos conoce, y a Katniss más que a mí. Su hija va a clase con Katniss, y no se puede decir que son amigas, pero tampoco que no lo son, es raro.
Entonces Prim corre hacía Katniss como una histérica, y la rodea con sus minúsculos brazos.
-¡No, Katniss! ¡No! ¡No puedes ir!
Corro hacía Katniss y Prim.
-Prim, suéltame - dice Katniss, haciéndose la dura- ¡Suéltame!
Agarro a Prim, y la suelto de Katniss. No quiero que Katniss suba allí, pero no dejará tampoco que su hermanita suba.
Muchas veces pasa que sale alguien elegido, y que su hermana o hermano este también allí. Pero esto que a hecho Katniss no suele pasar. El amor de una hermana o hermano llega hasta este punto, pero sacrificarse por él... No es lo habitual.
Pero al oír que Prim había sido la elegida no tenía ninguna duda que ella se presentaría voluntaria.
Al fin y al cabo, quiere más a su hermana que a ella misma, esa es una de las cosas que le hace tan especial
-Arriba, Catnip -Le digo, pero mi tono no es firme, la voz me falla al pronunciar esas palabras.
Katniss mi mira, agradeciéndomelo, y sube al escenario.
La madre de Katniss se acerca hacía nosotros corriendo, y abraza a Prim, le besa en la mejilla.
En su mirada se ve el miedo, su hija, Katniss Everdeen, va a Los Juegos del Hambre.
jueves, 28 de noviembre de 2013
Gale Hawthorne - Capítulo 4
Sé que no debería de haberme puesto así con ella, pero no lo e podido evitar.
Veo como Katniss me mira, pero no estoy de humor para decirle nada.
Katniss y yo nos dividimos el botín, y nos deja para cada uno dos peces, un par de hogazas de pan, verduras, un puñado de freas, sal, parafina, y algo de dinero para cada uno.
-Nos vemos en la plaza - me dice Katniss.
-Ponte algo bonito
Al llegar a casa veo a mi madre sentada en la pequeña silla de la cocina. Al verme se levanta rápido.
-Gale, pensaba que ya no venias... Te he preparado el baño, y tienes tu ropa encima de la cama. No queda mucho tiempo date prisa.- me dice mi madre; y sin apenas respirar termina la frase.
-Gracias mama, ya voy y me daré prisa- le digo intentando tranquilizarla.- Ah, y he traído la cena, cógelo de la bolsa.
Entro al baño, y tengo la bañera llena de agua caliente, cosa que no muchas veces podemos disfrutar; probablemente mi madre se habrá pasado la mañana calentando agua y llenando la bañera.
Intento hacer todo lo más rápido posible, y en poco tiempo ya estaba limpio y vestido; con la mejor ropa que tengo.
-No pareces tu, Gale. Que raro te veo sin la ropa de caza.- Dice Posy, mi querida hermana pequeña, mientras se ríe silenciosamente.- Deberías de ponerte esta ropa más a menudo.
-Bueno, si tu lo dices te haré caso pequeña.- Le respondo con una sonrisa.
-Eh Gale ¡Yo no soy pequeña!
-Si lo eres Posy- le digo entre carcajadas.
Mientras me dirijo hacía la cocina, donde esta mi madre, escucho un murmullo de Posy, y me vuelve a sacar una pequeña sonrisa.
-¿Estás listo Gale? Es tu último año, todo saldrá bien.
-Bueno, no olvides que a esta urna entraran cuarenta y dos papeletas con mi nombre... Las posibilidades de que todo salga bien no son tantas- Pero entonces veo la cara de mi madre, su cara de preocupación. Ella no se merecía esa respuesta y intento arreglarlo.- Pero pensándolo mejor, somos muchos chicos, y habrá gente con más papeletas que yo...
Entonces siento el abrazo de mi madre, mientras me repite que todo saldrá bien; al fin y al cabo el que más tiene para perder aquí, soy yo.
-Vamos, si no llegaremos tarde.
Al llegar a la plaza, veo la cara de todos aquellos que hoy por primera vez su nombre entrará en las urnas, veo sus caras de miedo y me acuerdo de mi primera cosecha en la que participé.
Yo no era más que un enano de doce años, y en aquel entonces mi padre vivía. Yo tenía miedo, mucho miedo; pero no quería dar esa impresión, quería mantenerme fuerte y seguro de mi mismo, al fin y al cabo yo sabía que estaban jugando con nosotros y no quería parecer un débil.
La gente entra en silencio a la plaza, y después de ficharnos nos separan a todos por la edad, los más mayores delante del todo y los más pequeños atrás.
Veo como Katniss me mira, pero no estoy de humor para decirle nada.
Katniss y yo nos dividimos el botín, y nos deja para cada uno dos peces, un par de hogazas de pan, verduras, un puñado de freas, sal, parafina, y algo de dinero para cada uno.
-Nos vemos en la plaza - me dice Katniss.
-Ponte algo bonito
Al llegar a casa veo a mi madre sentada en la pequeña silla de la cocina. Al verme se levanta rápido.
-Gale, pensaba que ya no venias... Te he preparado el baño, y tienes tu ropa encima de la cama. No queda mucho tiempo date prisa.- me dice mi madre; y sin apenas respirar termina la frase.
-Gracias mama, ya voy y me daré prisa- le digo intentando tranquilizarla.- Ah, y he traído la cena, cógelo de la bolsa.
Entro al baño, y tengo la bañera llena de agua caliente, cosa que no muchas veces podemos disfrutar; probablemente mi madre se habrá pasado la mañana calentando agua y llenando la bañera.
Intento hacer todo lo más rápido posible, y en poco tiempo ya estaba limpio y vestido; con la mejor ropa que tengo.
-No pareces tu, Gale. Que raro te veo sin la ropa de caza.- Dice Posy, mi querida hermana pequeña, mientras se ríe silenciosamente.- Deberías de ponerte esta ropa más a menudo.
-Bueno, si tu lo dices te haré caso pequeña.- Le respondo con una sonrisa.
-Eh Gale ¡Yo no soy pequeña!
-Si lo eres Posy- le digo entre carcajadas.
Mientras me dirijo hacía la cocina, donde esta mi madre, escucho un murmullo de Posy, y me vuelve a sacar una pequeña sonrisa.
-¿Estás listo Gale? Es tu último año, todo saldrá bien.
-Bueno, no olvides que a esta urna entraran cuarenta y dos papeletas con mi nombre... Las posibilidades de que todo salga bien no son tantas- Pero entonces veo la cara de mi madre, su cara de preocupación. Ella no se merecía esa respuesta y intento arreglarlo.- Pero pensándolo mejor, somos muchos chicos, y habrá gente con más papeletas que yo...
Entonces siento el abrazo de mi madre, mientras me repite que todo saldrá bien; al fin y al cabo el que más tiene para perder aquí, soy yo.
-Vamos, si no llegaremos tarde.
Al llegar a la plaza, veo la cara de todos aquellos que hoy por primera vez su nombre entrará en las urnas, veo sus caras de miedo y me acuerdo de mi primera cosecha en la que participé.
Yo no era más que un enano de doce años, y en aquel entonces mi padre vivía. Yo tenía miedo, mucho miedo; pero no quería dar esa impresión, quería mantenerme fuerte y seguro de mi mismo, al fin y al cabo yo sabía que estaban jugando con nosotros y no quería parecer un débil.
La gente entra en silencio a la plaza, y después de ficharnos nos separan a todos por la edad, los más mayores delante del todo y los más pequeños atrás.
miércoles, 27 de noviembre de 2013
Gale Hawthorne - Capítulo 3
Ella mira hacía el nada, y suspira.
-No quiero tener hijos.
-Puede que yo sí, si no viviese aquí.- le respondo, pero entonces veo su cara, lo que acabo de decir parece que mucha gracia no le a hecho, y me responde irritada.
-Pero vives aquí.
-Olvídalo.
La conversación no va de buen camino, y hoy no es el mejor día para discutir, para nada.
-¿Qué quieres hacer? - pregunta ella, algo más calmada.
-Vamos a pescar en el lago. Así dejamos las cañas puestas mientras recolectamos en el bosque. Cogeremos algo bueno para la cena.
La cena... Hoy cenar en casa sería una buena noticia.
En algunos distritos la gente hoy se presentará voluntaria para ir a los juegos, pero eso en nuestro distrito no pasa. Nosotros tenemos miedo, miedo a los juegos, miedo al capitolio. Y por eso nunca se a presentado ningún voluntario en nuestro distrito.
Hoy muchas familias celebrarán que sus hijos o hijas estarán a salvo, por así decirlo, durante un año más. En cambio, dos familias se encerrarán y les darán el último adiós a sus hijos e hijas.
Pero ahora no quiero pensar en eso, ahora estoy en el bosque. A salvo. Con Katniss.
De camino a casa pasamos por el Quemador, el mercado negro de nuestro distrito. Cambiamos algunas cosas hay, y nos dirigimos hacía la casa del alcalde, para venderle la mitad de las fresas, y además él nos paga bien.
Su hija a sido la que nos ha abierto la puerta, va vestida con un caro vestido blanco, y su largo pelo rubio lo lleva recogido con lazo rosa.
-Bonito vestido - le digo, casi sin querer, y con bastante malicia.
Ella me mira fijamente, como pensando que hacer.
-Bueno, tengo que estar guapa por si acabo en el Capitolio ¿No?
¿Queeeeeeeeeeeeee? Y ahora soy yo el que no sé que responder, esta claro que me esta tomando el pelo, que ella vaya a Los Juegos es prácticamente imposible, es la hija del Alcalde...
-Tú no irás al Capitolio -Le respondo con mal humor. Pero en ese momento mis ojos se van hacía el adorno dorado que lleva Madge en el vestido. - ¿Cuántas inscripciones puedes tener? - Sigo.- ¿Cinco? Yo ya tenía seis con sólo doce años.
Y esa es la horrible verdad.
El Capitolio juega con nosotros, con los pobres. No tenemos que llevar a la boca, y tenemos que pedir teselas, pero a cambio de esas teselas nuestro nombre entra más veces a la urna. Los que son ricos, no tienen que pedir teselas, y tienen muchísimas menos probabilidades de salir para Los Juegos. En resumen, El Capitolio demuestra que puede jugar con nuestro hambre, al fin y al cabo nos hacen marionetas de su juego.
-No es culpa suya. -Dice Katniss, ella me entiende, sabe porque he dicho esto, pero no quiere herir a su amiga, pero las cosas son así, y ella lo sabe mejor que nadie.
-No, no es culpa de nadie. Las cosas son como son.- Le respondo frío.
-No es culpa suya --intervengo.
-No, no es culpa de nadie. Las cosas son como son --apostilla Gale.
-Buena suerte, Katniss- dice Madge, mientras paga las fresas. Me vuelve a mirar pero sin ninguna expresión, solo me mira.
-Lo mismo digo- Responde Katniss, y con una última mirada a cada uno nos cierra la puerta.
Caminamos en silencio hacia la Veta.
Pero no puedo evitar pensar en Madge, su nombre solo entrará cinco veces ¿Porqué? Porque tiene dinero.
Y mi nombre entrara cuarenta y dos veces... Y el de Katniss veinte veces.
-No quiero tener hijos.
-Puede que yo sí, si no viviese aquí.- le respondo, pero entonces veo su cara, lo que acabo de decir parece que mucha gracia no le a hecho, y me responde irritada.
-Pero vives aquí.
-Olvídalo.
La conversación no va de buen camino, y hoy no es el mejor día para discutir, para nada.
-¿Qué quieres hacer? - pregunta ella, algo más calmada.
-Vamos a pescar en el lago. Así dejamos las cañas puestas mientras recolectamos en el bosque. Cogeremos algo bueno para la cena.
La cena... Hoy cenar en casa sería una buena noticia.
En algunos distritos la gente hoy se presentará voluntaria para ir a los juegos, pero eso en nuestro distrito no pasa. Nosotros tenemos miedo, miedo a los juegos, miedo al capitolio. Y por eso nunca se a presentado ningún voluntario en nuestro distrito.
Hoy muchas familias celebrarán que sus hijos o hijas estarán a salvo, por así decirlo, durante un año más. En cambio, dos familias se encerrarán y les darán el último adiós a sus hijos e hijas.
Pero ahora no quiero pensar en eso, ahora estoy en el bosque. A salvo. Con Katniss.
De camino a casa pasamos por el Quemador, el mercado negro de nuestro distrito. Cambiamos algunas cosas hay, y nos dirigimos hacía la casa del alcalde, para venderle la mitad de las fresas, y además él nos paga bien.
Su hija a sido la que nos ha abierto la puerta, va vestida con un caro vestido blanco, y su largo pelo rubio lo lleva recogido con lazo rosa.
-Bonito vestido - le digo, casi sin querer, y con bastante malicia.
Ella me mira fijamente, como pensando que hacer.
-Bueno, tengo que estar guapa por si acabo en el Capitolio ¿No?
¿Queeeeeeeeeeeeee? Y ahora soy yo el que no sé que responder, esta claro que me esta tomando el pelo, que ella vaya a Los Juegos es prácticamente imposible, es la hija del Alcalde...
-Tú no irás al Capitolio -Le respondo con mal humor. Pero en ese momento mis ojos se van hacía el adorno dorado que lleva Madge en el vestido. - ¿Cuántas inscripciones puedes tener? - Sigo.- ¿Cinco? Yo ya tenía seis con sólo doce años.
Y esa es la horrible verdad.
El Capitolio juega con nosotros, con los pobres. No tenemos que llevar a la boca, y tenemos que pedir teselas, pero a cambio de esas teselas nuestro nombre entra más veces a la urna. Los que son ricos, no tienen que pedir teselas, y tienen muchísimas menos probabilidades de salir para Los Juegos. En resumen, El Capitolio demuestra que puede jugar con nuestro hambre, al fin y al cabo nos hacen marionetas de su juego.
-No es culpa suya. -Dice Katniss, ella me entiende, sabe porque he dicho esto, pero no quiere herir a su amiga, pero las cosas son así, y ella lo sabe mejor que nadie.
-No, no es culpa de nadie. Las cosas son como son.- Le respondo frío.
-No es culpa suya --intervengo.
-No, no es culpa de nadie. Las cosas son como son --apostilla Gale.
-Buena suerte, Katniss- dice Madge, mientras paga las fresas. Me vuelve a mirar pero sin ninguna expresión, solo me mira.
-Lo mismo digo- Responde Katniss, y con una última mirada a cada uno nos cierra la puerta.
Caminamos en silencio hacia la Veta.
Pero no puedo evitar pensar en Madge, su nombre solo entrará cinco veces ¿Porqué? Porque tiene dinero.
Y mi nombre entrara cuarenta y dos veces... Y el de Katniss veinte veces.
martes, 26 de noviembre de 2013
Gale Hawthorne - Capítulo 2
-Ummm, todavía esta caliente- dice ella, oliendo el pan. No es como el pan que solemos comer siempre, el que solemos hacer con nuestras raciones de cereales; es pan de verdad, aquel tan caro que solo comemos en ocasiones especiales- ¿Que te ha costado?
-Sólo una ardilla, creo que el anciano estaba un poco sentimental esta mañana, hasta me deseó buena suerte.
-Bueno, todos nos sentimos un poco más unido hoy, ¿no?- dice ella, pero enseguida cambia de tema- Prim nos ha dejado un queso- Y saca un trocito de queso.
Hay que reconocer que cosas tan exquisitas alegran el día, claro, si no fuese por el día que es...
-¡Gracias Prim! Nos daremos un verdadero festín.- y entonces me acuerdo de esa mujer... Aquella que viene año tras año el día de la cosecha. Y entonces me acuerdo, y imito su graciosa y falsa voz del Capitolio -¡Casi se me olvida! ¡Felices Juegos del Hambre!- cojo un par de moras, y mientras lanzo uno - Y que la suerte...
Katniss coje la mora, y sigue la frase con la misma voz
- ¡... este siempre, siempre de vuestra parte!
Entonces Katniss sonríe, y no puedo dejar de mirar sus preciosos labios... No puedo... Siento como mis mejillas se colorean, y aprovecho para hacer otra cosa, antes de que ella me vea.
Entonces saco un cuchillo, y corto el pan. Luego unto el suave queso en el pan. Y otra vez, no puedo evitar mirarla, y entonces se me ocurre una locura... Una enorme locura.
- ¿Sabes que? Podríamos hacerlo- digo en voz baja.
En ese momento me viene una imagen a la cabeza; hay esta toda mi familia, y la familia de Katniss también; y por supuesto ella y yo, yo y ella.
Podríamos hacerlo, si, podríamos huir al bosque y vivir hay, jamas nos encontrarían. Y jamas tendríamos que ir a Los Juegos del Hambre, ni nosotros dos ni nadie de nuestra familia.
Sería difícil, pero posible.
-¿El qué?
Lo pienso dos veces antes de decirlo, y al fin se lo digo
-Dejar el distrito, huir y vivir en el bosque. Tú y yo- suspiro muy hondo- podríamos hacerlo.
Pero veo su cara, se queda pensativa y entonces veo que tal vez no sería tan fácil.
-Si no tuviésemos tantos niños.- respondo rápidamente.
No significa que sean nuestros niños, son mis hermanos pequeños y la hermana pequeña de Katniss, Prim y claro, luego nuestras madres también.
-Sólo una ardilla, creo que el anciano estaba un poco sentimental esta mañana, hasta me deseó buena suerte.
-Bueno, todos nos sentimos un poco más unido hoy, ¿no?- dice ella, pero enseguida cambia de tema- Prim nos ha dejado un queso- Y saca un trocito de queso.
Hay que reconocer que cosas tan exquisitas alegran el día, claro, si no fuese por el día que es...
-¡Gracias Prim! Nos daremos un verdadero festín.- y entonces me acuerdo de esa mujer... Aquella que viene año tras año el día de la cosecha. Y entonces me acuerdo, y imito su graciosa y falsa voz del Capitolio -¡Casi se me olvida! ¡Felices Juegos del Hambre!- cojo un par de moras, y mientras lanzo uno - Y que la suerte...
Katniss coje la mora, y sigue la frase con la misma voz
- ¡... este siempre, siempre de vuestra parte!
Entonces Katniss sonríe, y no puedo dejar de mirar sus preciosos labios... No puedo... Siento como mis mejillas se colorean, y aprovecho para hacer otra cosa, antes de que ella me vea.
Entonces saco un cuchillo, y corto el pan. Luego unto el suave queso en el pan. Y otra vez, no puedo evitar mirarla, y entonces se me ocurre una locura... Una enorme locura.
- ¿Sabes que? Podríamos hacerlo- digo en voz baja.
En ese momento me viene una imagen a la cabeza; hay esta toda mi familia, y la familia de Katniss también; y por supuesto ella y yo, yo y ella.
Podríamos hacerlo, si, podríamos huir al bosque y vivir hay, jamas nos encontrarían. Y jamas tendríamos que ir a Los Juegos del Hambre, ni nosotros dos ni nadie de nuestra familia.
Sería difícil, pero posible.
-¿El qué?
Lo pienso dos veces antes de decirlo, y al fin se lo digo
-Dejar el distrito, huir y vivir en el bosque. Tú y yo- suspiro muy hondo- podríamos hacerlo.
Pero veo su cara, se queda pensativa y entonces veo que tal vez no sería tan fácil.
-Si no tuviésemos tantos niños.- respondo rápidamente.
No significa que sean nuestros niños, son mis hermanos pequeños y la hermana pequeña de Katniss, Prim y claro, luego nuestras madres también.
lunes, 25 de noviembre de 2013
Gale Hawthorne - Capítulo 1
Al abrir los ojos veo como la luz entra por la pequeña ventana de la habitación. Todavía sera temprano, muy temprano, y aunque hoy podría dormir hasta tarde no quiero; o más bien no puedo: es el día de la cosecha.
Me e puesto la ropa de caza, y e salido de casa. Las calles están totalmente vacías, alguna que otra tienda esta abierta, pero no mucho más. Además hoy no hay que asistir al colegio y las minas están cerradas.
Solo con pensar que hoy en la cosecha puede salir mi nombre me pongo enfermo; pero al pensar que puede salir el nombre de Katniss... Se me corta la respiración, no puedo ni imaginármelo.
He ido hacía la valla que separa el distrito 12 del bosque; es una valla que en teoría debería de estar electrificada, pero por suerte normalmente no lo esta; y he esperado, por si escuchaba el ruido que hace la valla cuando esta electrificada. No escucho el ruido, por lo tanto entro al bosque.
Ayer a la tarde después de salir del colegio Katniss y yo dejamos unas cuantas trampas, así que lo mejor sera revisarlas.
En las trampas no hay gran cosa, pero si lo suficiente como para hacer un par de cambios en las tiendas, así que me dirijo hacía las tiendas para cambiar parte de nuestra caza por pan y algún complemento más.
Al entrar a la panadería el panadero me a saludado amablemente. Con una sonrisa, que transmitía lastima, más que otra cosa.
-Buenos días Gale ¿Que quieres? -dice, pero todavía sigue transmitiendo esa lastima.
Su familia tiene dinero, no son ricos, pero tienen lo suficiente para vivir y no morir de hambre, por eso su hijo no necesita cojer teselas. Pero yo si, yo los e he tenido que pedir, y tengo más probabilidades de que me toque ir a esos malditos juegos que su hijo por ejemplo; y seguramente por eso me mire así.
-Dame una hogaza de pan por favor. Y tome dos ardillas.
-No tranquilo, hoy solo te cobrare una ardilla.
Le doy las gracias y salgo de la panadería. Por una parte me da rabia; él no tiene porque regalarme el pan, se que lo ha hecho con toda su buena voluntad, pero es una manera de decirme que me lastima, y eso no me gusta.
Recorro otra vez el camino hacía el bosque, ahora se puede ver algún alma valiente por la calle, pero no son muchos.
Al entrar al bosque voy hacía el carcaj donde guardamos Katniss y yo nuestros arcos. Veo que el de Katniss falta, lo que significa que ella ha llegado; así que toca buscarla.
-Catnip...- susurro en bajito, por si esta al rededor, pero no recibo respuesta.
Me acerco hacía donde se que estará, y así es; hay esta ella, igual de preciosa que siempre.
-Hola Catnip.- Su nombre verdadero es Katniss, pero la primera vez que me dijo su nombre le entendí mal y al final así se a quedado.
-Mira lo que he cazado- le digo, mientras sostengo el pan con una flecha clavada.
Ella se ríe.
Su familia tiene dinero, no son ricos, pero tienen lo suficiente para vivir y no morir de hambre, por eso su hijo no necesita cojer teselas. Pero yo si, yo los e he tenido que pedir, y tengo más probabilidades de que me toque ir a esos malditos juegos que su hijo por ejemplo; y seguramente por eso me mire así.
-Dame una hogaza de pan por favor. Y tome dos ardillas.
-No tranquilo, hoy solo te cobrare una ardilla.
Le doy las gracias y salgo de la panadería. Por una parte me da rabia; él no tiene porque regalarme el pan, se que lo ha hecho con toda su buena voluntad, pero es una manera de decirme que me lastima, y eso no me gusta.
Recorro otra vez el camino hacía el bosque, ahora se puede ver algún alma valiente por la calle, pero no son muchos.
Al entrar al bosque voy hacía el carcaj donde guardamos Katniss y yo nuestros arcos. Veo que el de Katniss falta, lo que significa que ella ha llegado; así que toca buscarla.
-Catnip...- susurro en bajito, por si esta al rededor, pero no recibo respuesta.
Me acerco hacía donde se que estará, y así es; hay esta ella, igual de preciosa que siempre.
-Hola Catnip.- Su nombre verdadero es Katniss, pero la primera vez que me dijo su nombre le entendí mal y al final así se a quedado.
-Mira lo que he cazado- le digo, mientras sostengo el pan con una flecha clavada.
Ella se ríe.
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