Mostrando entradas con la etiqueta Katniss. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Katniss. Mostrar todas las entradas

sábado, 14 de junio de 2014

Tras sinsajo - Capítulo 17




"Yo también te quiero, y ahora más que nunca" me responde con dulce voz, mientras sigue besándome.
Nos acercamos a la cama y seguimos besándonos el uno al otro allí.
Él se quita la ropa despacio, mientras yo le ayudo, y el también lo hace conmigo, y entre una cosa y otra se nos pasa la noche.

Tras dormir tres horas suena el despertador. Para mi es pronto pero Peeta tiene que ir a la panadería.
Se ducha rápido y vuelve con la ropa puesta. Me saluda con un pequeño y rápido beso en los labios, y antes de volver a dormirme lo último que escucho son sus pasos bajando las escaleras.

Después de media hora más o menos vuelvo a abrir los ojos. El despertador sonará en pocos minutos, así que desactivo el despertador y me levanto. 

Paso por la habitación de Prim y Gale, y los veo dormir, parecen angelitos. Verlos así me recuerda lo indefensos que son, y siento una pequeña puñalada en el corazón, después de todo el pasado supongo que es normal. Me acerco a ellos y les doy un pequeño beso en la mejilla, y vuelvo a salir de su habitación, cerrando la puerta despacio para no despertarlos.

Mientras bajo las escaleras de casa empiezo a oler a deliciosa comida, y sin poder resistirme corro hacía la cocina, y allí me encuentro la mesa con el desayuno puesto. Normalmente desayuno con mis niños, pero sin poder resistirme ante la tentación, doy un enorme mordisco al croissant  que tengo delante. Lo dejo tal cual en un plato, y vuelvo a subir para vestirme; hoy vuelve a tocar día de caza.

Me pongo mi ropa más cómoda, que se me ajusta perfectamente al cuerpo; las botas que me permiten correr como ninguna más lo hace; y la chaqueta vieja de caza de mi padre. La chaqueta todavía me queda grande, y bueno, siempre me quedará grande; pero aun así tengo decidido llevarlo puesto siempre. No sé si quiero llevarlo por él o por mi, pero el caso es que no me gusta cazar sin él.

Miro el reloj que hay en mi habitación, ya es la hora de despertarlos, así que entro a su habitación y los despierto de un susto.

-Mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa -grita Gale, pero luego se ríe del susto, yo no puedo evitar reírme también.

-Lo siento Gale, no he podido evitarlo.- Y vuelvo a reír.

-Buenos días mama -dice Prim, mientras estira los brazos.

-Buenos días pequeña.-Le doy otro beso en la mejilla - Bajar a desayunar, que papa ha dejado un desayuno... hmmmmm. -se miran entre si, y corriendo bajan las escaleras.

domingo, 2 de febrero de 2014

Tras sinsajo - Capítulo 16

Cuando empieza a anochecer volvemos a casa. Siento un gran peso de cansancio en mi cuerpo; hoy a sido un día demasiado ajetreado.
Abro la puerta de casa y un olor esquisito me invade.
-Mmm, ¿Qué hay para cenar? -pregunta Prim, adelantándose a mi como si me hubiese leído la mente. Al escucharnos Gale comienza a correr desde la cocina hasta llegar a nosotras; cuando esta a un par de metros se resbala y cae al suelo. Pero antes de preocuparme el ríe y se levanta con mucha facilidad.
-Es sorpresa -dice todavía entre risas- No podéis entrar a la cocina eh.
Me agacho hasta su altura y le pongo el dedo índice en la nariz.
-Te prometo que no entraremos -le sonrío y el me devuelve la sonrisa, y en un par de segundos hecha a correr en dirección de la cocina.
Prim sigue junto ami sonriendo, le digo que se ponga ropa de casa, y juntas subimos las escaleras hasta el segundo piso. 
Escucho como rápido se cambia de ropa y vuelve a bajar abajo, supongo que se quedará en el salón.
Yo entro en la habitación que comparto con Peeta y hago lo mismo,  me e pongo unos cómodos pantalones y una sudadera para estar en casa, y bajo al salón donde Prim me espera.
-¿Qué crees que nos harán para cenar? -pregunta con intriga.
-No lo sé, pero algo rico seguro.
-Si, eso espero -ríe y vuelve a centrarse en el libro que tiene entre manos.
Al poco rato Gale viene a decirnos que la cena esta lista, y nosotras comenzamos a caminar a la cocina, pero al llegar la vemos como siempre, no esta la mesa puesta ni hay comida, pero la puerta al jardín esta abierta.
-Venir por aquí -dice el pequeño Gale mientras se asoma por la puerta.
Salimos al jardín y hay esta, la mesa del jardín llega de deliciosas cosas, solo con verlo se me hace la boca agua.
Peeta nos hace un gesto para invitarnos a sentarnos.
-¿Qué os parece la cena que hemos hecho entre nosotros para las dos princesas de esta casa? -dice Peeta, y luego me guiña un ojo rápido.
Yo simplemente respondo con una sonrisa, y cuando todos se sientan en su sitio comenzamos a comer; y comemos hasta que ya no podemos más.
-Estaba todo delicioso -digo mientras me lavo los labios con una servilleta.
-Hemos estado mucho tiempo -dice Gale- Pero si, ha quedado muy rico.
Conversamos durante unos minutos más, pero es tarde así que propongo recoger todo.
-Hoy recogemos Gale y yo -dice Peeta- Vosotras podéis ir subiendo.
Gale se queja, pero al final accede y ayuda a Peeta a llevar todo a la cocina y limpiarlo.
Prim se queda en el salón leyendo el libro que ha dejado en el salón, y yo subo a nuestra habitación.
Me quito la sudadera y me quedo en tirantes, luego me quito el pantalón y me quedo con las bragas negras que llevaba debajo.  
No puedo evitar acercarme a la ventana y mirar por ella; hay un poco de luz todavía, aunque la luna sea la reina de la noche; la poca luz que queda hace sombras tras los arboles, arbustos,etc. que puedo ver, y hace raras figuras en ellas.
Oigo un pequeño ruido detrás de mi, diría que son pasos, y no de cualquiera, son los suyos. Sigo mirando por la ventana hasta que el se acerca tanto que puedo ver su rostro reflejado en la ventana. Sonrío.
-Hace una noche perfecta -dice con voz suave.
-Si, yo también lo creo. -todavía no aparto la mirada del paisaje.
-Hoy ha sido un día duro, pero ya se termina -entonces si, aparto la mirada de lo que tengo delante y lo miro, el me mira a los ojos y me besa durante tiempo, mucho tiempo, pero como nada es para siempre, se aparta un poco, aunque todavía me roza los labios- Si tu quieres, podemos hacer que el día termine bien.
Sonrío y le respondo con un beso y luego otro, y otro más tras este.
El baja sus manos hasta mi costado y me acaricia suavemente mientras me besa y le beso a el.
Acerca su boca a mi cuello y empieza a besármelo.
Y se me escapa un rápido "Te quiero".



sábado, 1 de febrero de 2014

Tras sinsajo - Capítulo 15




Después de despedirnos cierro la puerta con cuidado, y me giro despacio. Detrás mio están Gale, su hija Katniss y mi querida Prim, los tres están conversando con total naturalidad.
-¿Vamos? -Digo tranquila, y los tres me miran y asienten. Nada más decir eso  Gale me coge del brazo.
-Espera -acerca a su hija a donde mi, y se agacha hasta colocarse a la altura de ella - Katniss -dice mirando a su hija- Esta es Katniss -y me señala- Te puse su nombre por ella, de jóvenes fuimos buenos... -hace una pequeña pausa, pero sonríe- buenos amigos.
-¿Y ahora ya no? -pregunta Katniss con curiosidad, y antes de responder Gale y yo nos miramos entre nosotros. Por un par de segundos mi mente se queda en blanco... Antes eramos amigos si, ¿pero ahora? ¿Qué somos ahora?
-Si, pero es diferente. -Le responde Gale simpático. Después de eso siguen hablando un par de minutos más, pero yo no hago caso.
Si, pero es diferente. Esas palabras me retumban en la cabeza.
Cuando Katniss se aleja, Gale se gira la cabeza a donde mi.
-Supongo que tendremos muchas cosas que contarnos.
Asiento con la cabeza, pero todavía siguen sonando en mi cabeza sus palabras.
Si, pero es diferente....
-¿Qué tal con Peeta? -al decir eso aparta la mirada de mi, incómodo- Parece que seguís tan bien como siempre. -Termina la frase con una sonrisa, aunque a decir verdad un poco forzada.
-Hemos tenido nuestros altibajos, como todas las parejas... -le miro, y lo observo durante un instante. Me esperaba una mirada incómoda, o algo por el estilo; pero no, me mira sonriente. Así que decido seguir- Pero lo quiero mucho, y el también me quiere.
-De eso no tengo duda -y después sonríe.
Caminamos hacia un pequeño campo lleno de preciosas flores. En ese campo enterraron a los habitantes de nuestro Distrito que murieron en ataques del Capitolio en la guerra. Si lo piensas así puede parecer un sitio desagradable, pero no lo es; después de la guerra pensaron que sería buena idea darles un buen adiós, y los enterraron a todos aquí, y después plantaron las flores más bonitas que hay por el alrededor, con el tiempo todo el campo se lleno de flores y se convirtió en uno de los sitios más bonitos que hay por el alrededor.
Al llegar Gale se para y mira asombrado a su alrededor.
-Oh, es precioso... Incluso más bonito que las fotos que he visto.
Sonrío al escuchar que este sitio le gusta.
-Si, lo es. Pensé que sería buen sitio para venir.
Gale asiente con la cabeza y vuelve a caminar junto ami.
Katniss y Prim caminan detrás nuestro, y nada más llegar comienzan a jugar con las flores. Gale y yo nos sentamos en un banco que hay.
Nada más sentarnos Gale me mira fijamente.
-Sé que antes te lo he dicho... Pero no has cambiado nada.
Eso me pilla desconcertada.
-¿Y eso?
Gale hace una mueca y sonríe.
-No sé -hace una pausa- Después de tanto tiempo pensaba encontrarme con una Katniss diferente -suspira y vuelve ha hacer otra pausa- Es que, ha pasado mucho tiempo, y pensaba que no te reconocería... Y eres la misma, y me alegra mucho eso.
-Oh Gale... Gracias. -sonrío- Creo que tu tampoco has cambiado.
-¿Crees que no he cambiado? -frunce el ceño.
Ese gesto es muy suyo, y me hace reír un poco.
-Vale, no has cambiado nada. -sigo riendo y el me devuelve la sonrisa.

lunes, 13 de enero de 2014

Tras sinsajo - Capítulo 14

Me acerco hacia el y le acaricio la barbilla con suavidad; poco a poco me acerco hasta sus labios hasta rozarlos y le soy un corto beso, y luego uno más largo.
-Yo también te amo Peeta. -hago una pequeña pausa y sigo- Te amo como nunca lo he hecho y como nunca lo haré.
Peeta me mira con ojos desconcertantes.
-¿Es eso... -suspira y sigue- ...Real o no real?
Al escuchar sus palabras mil y un recuerdos atraviesan  mi mente, como su fuese una rápida película veo diferentes imágenes de los últimos años en mi cabeza. Y todos, o la mayoría de ellos son buenos, son recuerdos que me provocan una sonrisa.
-Real.
El responde con una sonrisa, al principio un poco vergonzosa, pero luego expresa felicidad.
-Gracias Katniss...
-¿Gracias? ¿Porqué? -sonrío mientras suelto una leve carcajada.
-No hay ningún porque, solo es por todo esto. -se levanta y se va salón, mientras me deja con una pequeña sonrisa.
Me quedo en el salón durante un tiempo, sin moverme y mirando a la nada, hasta que alguien llama a la puerta. Pero para cuando llego Peeta ya la ha abierto.
-Si claro, aquí esta.- dice Peeta al que esta fuera de casa. Al escucharme gira la cabeza y me mira sonriendo- Gale y Katniss han venido a buscaros a Prim y a ti.
-Ah si, se me había pasado y no estoy lista, lo siento... Si no te importa esperar un poco...
-No claro, esperaremos aquí. -responde sonriente, y mira a Peeta.- El nos hará compañía.
Peeta le responde con una sonrisa.
Subo corriendo a la habitación y abro el armario.
No tengo mucha ropa, así que decido coger algo simple; me pongo unos baqueros oscuros que me llegan justo a los tobillos, con una camiseta gris, unas cómodas botas de cuero negras, y un jersey negro por encima.
Decido recogerme el pelo en una larga trenza, al igual me la recogía hace tiempo, mucho tiempo mi madre. Pero hace años que me las apaño para hacérmela yo.
Me miro al espejo, y por un momento no veo a la Katniss de ahora, a la mujer en la que me he convertido. Veo a la Katniss de antes. Y esto me hace sentir a mi familia más cerca, a mi padre, a mi madre... A Prim.
Siento que un escalofrío me recorre el cuerpo, y antes de empezar a llorar de nuevo decido bajar al salón.
Respira hondo Katniss, y sonríe. 
Al bajar veo a Peeta y Gale sentados en un cómodo sofá, hablando como si fuesen amigos de toda la vida, y bueno, eso me hace alegrarme.
-¡Hola chicos! -los saludo como si nada, y los dos me saludan con la mano.- Ahora mismo llamo a Prim...
-Mamá estoy aquí. -me responde con una sonrisa.
-Entonces vamos. -dice Gale- ¿Peeta tu también vienes no?
Peeta me mira desconcertado, y le hago un gesto con la cabeza para que venga, pero el niega con la cabeza.
Sabe que Gale y yo queremos hablar sobre nosotros, y el no lo conoce como yo...
-¿Seguro? -insiste Gale.
-Si, seguro. Pasarlo bien.- se me acerca y me da un beso en los labios, y a Prim otro en la mejilla.- Adiós.


lunes, 6 de enero de 2014

Tras sinsajo - Capítulo 13

-Maldito Haymitch... -gruño cuando me cierra la puerta en la cara.
Tengo una extraña sensación, que hace mucho no la tenía, siento que a mi alrededor algo gordo está pasando… Pero no saber el que me mata.
Al llegar a casa decido no pensar más en eso, aunque me cuesta quitármelo de la cabeza.
Decido limpiar toda la caza de la mañana y limpio las frutas con mucha atención.
Me cuesta olvidarme del todo pero intento mantenerme ocupada, por lo menos hasta que llegue Peeta.
Al cabo de una hora llegan Prim y Gale a casa; me saludan sonrientes y Gale me da un beso en la mejilla.
-¿Qué tal en la escuela? -les pregunto mientras sigo limpiando las fresas.
-Bien, hoy hemos tenido educación física -Prim sonríe de lado a lado.
-Me alegro -sonrío de lado a lado, y entonces me acuerdo- Oye Prim ¿Quieres conocer a alguien?
Al escuchar la pregunta asiente con la cabeza y sonríe.
-Pronto llegarán, así que estate lista cariño.
Ella sube corriendo las escaleras hasta la segunda planta, donde están las habitaciones. En ese momento alguien llama a la puerta y es Peeta.
-Hola cielo -me da un cálido beso en los labios- ¿Quieres que hablemos?
Al preguntarme eso Peeta me mira con compasión, sabe que lo que me tiene que decir no me va ha gustar, pero aun así sigue con su dulce sonrisa. Me coje de la mano y me lleva al salón, y los dos nos sentamos en el sofa.
-Haber… No sé ni por donde empezar -me dice él, mientras se rasca la cabeza.
Siento un cosquilleo en mi estómago, pero no es un dulce cosquilleo, no es como el que siento cada vez que Peeta me dice algo, o como el que siento cada vez que me besa… No, no es así, es un cosquilleo que hace que me ponga más y más nerviosa.
-¿Te acuerdas desde los últimos Juegos?
Si, me acuerdo, y nunca podré olvidarlos.
Pasé mi vida odiando los Juegos, odiándolos a muerte, y todavía los odio, y los odiaré siempre.
Pero los últimos Juegos fueron diferentes, los septuagesimos sextos juegos no eran lo mismo. Esos juegos se hicieron porque nosotros, los vencedores, lo elegimos.
En aquel momento odiaba todo, odiaba a los de mi alrededor y me odiaba a mí, y claro, odiaba al Capitolio por quitarme lo que más quería en este mundo: a Prim. Y creyendo que esos juegos me harían sentir mejor los apoyé.
Pero claro, esos juegos no me trajeron a Prim, y de hecho me sentí peor viendo a gente morir por televisión por mi culpa.
-Si me acuerdo ¿Por? -le respondo a Peeta.
-Para los que apoyaban al Capitolio esos juegos fueron humillantes y tal y cual… Y decidieron que los últimos no podían ser esos...
-¿Qué quieres decir Peeta? -le corto nerviosa- ¿Quieren hacer otros Juegos?
-No lo sé… Sé que no quieren dejar las cosas así… Y nos odian, porque algunos de ellos han perdido lujos, y poder… Si al final se animan a hacerlo sabes que son capaces.
-¿Son muchos los que nos odian?
Sonríe un poco, y me mira directamente a los ojos.
-De momento no... Y no creo que nunca lo sean. Además nosotros somos muchísimos más. Pero nos pueden hacer daño, y el simple hecho de pensar que a alguno de vosotros tres os pueden hacer daño siento impotencia y no puedo con eso ¿Sabes? Siento haberte preocupado tanto.
-Me pasa lo mismo... Me he vuelto loca pensando que podía ser... He estado hasta en casa de Haymitch, pero no me ha contado nada.
-Así es el -sonríe un poco- Te amo Katniss.


domingo, 5 de enero de 2014

TRAS SINSAJO - CAPÍTULO 12



Él mira hacía los lados, como procurando que nadie nos escucha; y esta nervioso, lo noto en sus ojos.
Antes de que pueda decirle algo el se me adelanta.
-Si, lo sé... -suspira hondo- se de lo que quieres hablar. Pero pensaba que todavía no te debería de habértelo dicho.
¡Mierda, mierda, mierda! Yo quería decírselo... Y otra pregunta mejor, ¿Peeta como sabía antes que yo que Gale a vuelto a casa? 
-Yo te lo quería contar -lo pongo la mano encima de la su mano y le acaricio- No tienes de que preocuparte...
-¿Como qué no tengo de que preocuparme? -me corta en mitad de la frase- Si, estoy preocupado, muy preocupado. Y sobre todo me preocupo por ti -para y respira antes de seguir hablando- y por los pequeños claro, por Prim y Gale... Y bueno, de Haymitch, de Johanna, de Annie... De todos. 
-¿De qué estas hablando?
-¿Cómo que de que estoy hablando? -Peeta frunza el ceño y me mira observa durante unos segundos sin hacer o decir nada- ¿Y tu? ¿De qué estas hablando?
-Yo de que Gale a vuelvo -le miro con mucha duda- Pero esta claro que tu no, si no no te preocuparías de -me paro un par de segundos para pensar en todos los nombres que ha dicho- De haymitch, y nuestros hijos... Y todos.
Mientras hablamos una chica peliroja y de pequeña estatura se nos acerca, es la dependienta, y deja encima de la mesa dos tazas de chocolate: junto ami deja el de chocolate blanco y junto a Peeta la taza que solo se puede ver nata. Le agradecemos con un "gracias" y ella nos devuelve una sonrisa, y se marcha otra vez al interior de la tienda.
-Mira Katniss, este no es el lugar más apropiado para hablar de eso -me susurra, pero luego sonríe.
Asiento con la cabeza y vuelvo a mi pequeño paraíso de chocolate caliente. 
Este chocolate es aun más dulce que el que probé hace años, y tiene más leche, claro. Me lo bebo en pequeños sorbos, en parte es por lo caliente que esta, pero esta tan rico que no quiero terminarlo.
Peeta me ofrece probar del suyo, pero si bebo un poco del suyo no creo que sea capaz de terminarme mi taza, así que le digo que no.
Cuando terminamos pagamos todo y salimos de la tienda en silencio.
-Katniss... Yo me tengo que ir a trabajar ahora, pero luego hablamos en casa. -mira hacía el suelo, probablemente por pura preocupación.- Pero quiero que sepas una cosa... Te quiero pase lo que pase ¿Si?
Yo asiento con la cabeza, y me lanzo a sus brazos.
-Sé que últimamente las cosas no nos van muy bien Katniss... -suspira rápido- Pero hay una razón por la que estoy tan nervioso.
-Da igual Peeta -le acaricio el pelo con suavidad- Luego hablamos ¿Vale? -sonrio para aliviarle un poco, y el también me sonríe de vuelta, aunque se nota que la sonrisa es forzada- No dejes al pobre John con todo el trabajo -voy a despedirme pero justo me acuerdo- Ah! ¿Me dejas tus llaves por favor? -río- Se supone que he venido hasta aquí por eso. 
El me das sus llaves y corre hasta la panadería para volver a trabajar.
Aunque para llegar a casa tenga que recorrer al rededor de un kilómetro cuesta arriba, el viaje se me ha hecho más que corto.
Me he pasado el viaje dándole vueltas y vueltas a la cabeza... Con todo lo que me ha dicho Peeta me he quedado preocupada, pero sé que ese no era el mejor momento para hacer preguntas.
Haymitch, pienso. A nombrado su nombre, y aunque se haga el loco Haymitch lo sabe todo.
Los últimos 200 metros los subo corriendo, la impaciencia me gana. 
Al llegar entro a nuestra casa y dejo toda la caza en la mesa de la cocina, y corro rápido a casa de Haymitch.
Llamo a la puerta impaciente, pero nadie responde, así que vuelvo a llamar, pero más de lo mismo; nadie responde.
Me doy la vuelta para volver a casa, pero me encuentro con Haymitch cara a cara.
-¿Me buscabas preciosa? -me pregunta, y hace una sonrisa irónica.- He tenido que bajar al pueblo, ya sabes. -y señala la bolsa llena de botellas que lleva en la mano.
-Si te buscaba -sonrío de lado- Quiero que me expliques algo
Entramos a su casa, que sigue igual de sucia como siempre.
-Siéntate -me señala unas pequeñas butacas que tiene, y me siento ahí.- Dime, que quieres que te explique.
Miro hacía el techo buscando la pregunta quiero hacerle, pero pensándolo bien, no sabía ni a por que había venido aquí.
-No lo sé -le miro durante unos segundos en silencio- Peeta tiene miedo, y no sé que es lo que teme. -suspiro profundo- Tiene miedo de que me pase algo, y a mis pequeños... Y de lo que te puede pasar a ti.
Haymitch se levanta, pero no me responde, y se va a la cocina. Al cabo de un minuto vuelve con una botella ya abierta y le da un sorbo.
-¿Quieres? -me ofrece acercándome la botella, pero le niego con la cabeza y me acerco más a el.
-No he venido a beber, he venido a por respuestas.
-Preciosa -hace una pequeña pausa- ¿Porqué deduces que yo sé porque Peeta esta preocupado?
-Haymitch, tu siempre estas a la corriente de todo...-subo la mirada y lo miro a los ojos.- ¿Me lo vas a explicar o estoy perdiendo el tiempo?
-Me temo que estas perdiendo el tiempo -sonríe de medio lado mientras me acompaña a la puerta- Adiós chica en llamas.- y termina la frase con un rápido guiño. 




sábado, 4 de enero de 2014

Tras sinsajo - Capítulo 11

-¿Catnip?
Hago un extraño movimiento y casi me caigo del árbol. Me agarro de una rama para sujetarme y no caerme, y el se ríe.
-Parece que has perdido un poco de practica.
-¿Te parece gracioso asustarme? -le digo de brazos cruzados fingiendo enfadarme, pero al final termino sonriendo.
-Si, la verdad es que a sido divertido verte hacer esos movimientos- me guiña el ojo y me sonríe el también- Ven aquí Katniss.
Mueve las manos hasta mi, y me abraza fuerte. Siento su musculado cuerpo apretando contra mi pequeño cuerpo, y me hace sentir pequeña. No es una mala sensación, pero se me hace un poco rara.
-No has cambiado nada -me dice cuando se separa de mi, y me mira de arriba a abajo. -Pero nada de nada. -me mira sonriente- Sigues igual de...
-¿Cuándo has llegado Gale? - Le corto. Prefiero no escuchar lo que quería decir después... El se toca la barbilla y pone cara de pensativo.
-Hace como... Unas cuatro horas, creo. Pero no podía dormir, así que decidí venir al bosque -al terminar la frase sonríe otra vez, pero esta vez con menos ganas.
La verdad es que el tampoco a cambiado nada, sigue igual de atractivo que siempre... ¿Katniss, que haces pensando en eso? Me pregunto ami misma. Acuérdate de Peeta.
-Se te desconocido ahora esto ¿No? -le digo algo borde, con un punto de enfado. Aunque he intentado no pensar en ello, creo que siempre he culpado a Gale por dejarme sola y olvidarme... Como amiga.
-¿Ibas a cazar? -me pregunta, ignorando lo que le he dicho, y al ver mi cara de desconcierto señala el arco que llevo en la espalda. Asiento con la cabeza. -Si quieres puedo ayudarte, ya sabes... Como en los viejos tiempos.
Cazamos durante un par de horas. Normalmente con solo dos horas apenas habría cazado nada, pero ahora con mi compañero de caza alado todo se hace mejor.
¿Cuándo se a vuelto Gale otra vez mi compañero de caza?
-Deberíamos volver -me despierta de mis pensamientos, y señala unas espesas nubes que se acercan- pronto tendremos la tormenta encima.
A la vuelta hacía el Distrito no hablamos nada, hasta que llegamos a la valla.
-¿Quieres que te acompañe a casa?
-No gracias -pienso en Peeta- No hace falta.- miro hacía el suelo y me viene una pregunta a la cabeza. -¿Has venido con toda tu familia?
-No, toda no... -esta vez se le nota en la cara un punto de tristeza.- Gina no va a venir, ya... Ya no estamos juntos.
Gina es su novia, bueno, era su novia. Es una atractiva mujer de piernas largas y cabello largo y dorado; con unos enormes ojos verdes. Para muchos la perfecta mujer.
-¿Y katniss? -al pronunciar mi nombre, o más bien el nombre de su hija, siento que las mejillas se me calientan.
-Si, Katniss a venido. Y esta deseando conocerte.
Siento como cada vez estoy más roja y no sé que responder.
-Luego podríamos llevar a nuestros pequeños a jugar... ¿Qué te parece?
-Si, claro, estaría bien.
Me imagino a la pequeña Prim, al pequeño Gale y Katniss jugando juntos entre las flores... Los tres pequeños inocentes jugando sin preocupaciones.
-Vale, luego nos pasaremos por tu casa Katniss.- se acerca y me da un cálido beso en la mejilla, y se acerca a mi oido y me susurra: Te he echado de menos.
Antes de que me diese tiempo a reaccionar el ya se había ido, así que me doy la vuelta y me dirijo a casa.
Al llegar meto la mano en el bolsillo de la cazadora, pero me doy cuenta de que se me ha olvidado coger las llaves, así que llamo a la puerta, pero dudo que haya nadie... Peeta estará en la panadería y los peques en el colegio.
Tendré que ir a la panadería.
Bajo las calles que me llevan hasta el centro de nuestro Distrito.
Al abrir la puerta de la panadería Peeta me mira desde el mostrador y al verme me sonríe pero sigue atendiendo a la bajita mujer que le esta comprando.
Cuando ella sale de la panadería, Peeta sale del mostrador y se acerca hacía mi y sin decirme nada me da un húmedo beso en los labios.
-¿A qué se debe el honor de que la chica más hermosa del Distrito venga aquí?
Le sonrío.
-Le verdad es que se me han olvidado las llaves, pero bueno, aprovechando la ocasión podríamos pasar un poco de rato juntos. -y le devuelvo otro beso, este un poco más corto.
-Me parece genial, espera un poco. -entra de nuevo y le dice a su John, su ayudante, que se encargue de la panadería mientras el viene conmigo.
Al salir me pasa el brazo por encima del hombro.
-¿Qué podemos hacer ahora mi panadero? -el me responde con una sonrisa de oreja a oreja mientras piensa.
-Tengo una idea, ven.
Caminamos juntos por las calles del Distrito hasta llegar a un pequeño local que nunca antes había visto, el sitio se llama "Chocolate Factory".
-Lo abrieron ayer, pensé que te gustaría.- por dentro hay miles de chocolates diferentes, chocolates que nunca imaginé que podrían existir, es un pequeño paraíso lleno de lujos.
Me fijo bien en todo y aunque yo solo conocía un tipo de chocolate (y pensaba que era el único que había) aquí se pueden encontrar decenas de tipos.
-Es una idea genial, gracias cariño. -y le doy un beso en la mejilla.- Yo quiero este, el blanco. Tiene buena pinta.
-Yo entonces cogeré este -y señala uno que alado pone "chocolate con leche y avellanas".
Nos sentamos en unas cómodas sillas que hay en el mismo local.
- Oye Peeta...- suspiro hondo- Tenemos que hablar sobre algo...



domingo, 29 de diciembre de 2013

Tras sinsajo - Capítulo 10

-Sssh -le digo, y me siento en una esquina de la cama, en el lado contrarío donde esta Peeta sentado- no digas eso... -y poco a poco me acerco hacía el, el se tapa la cara con una pequeña almohada naranja que tenía cerca suyo.
Le empiezo a acariciar el pelo, y noto lo nervioso que esta, pero no paro de acariciarle el pelo, poco a poco se tranquiliza. La verdad es que hace rato que he perdido la noción del tiempo, y no sé si llevamos así diez minutos o ya una hora, no lo sé, pero me da igual. Él me ha tranquilizado como un millón de veces, y ya era hora de que lo haga yo.
Muevo delicadamente los dedos hacía su cara, empiezo a tocarle la frente, y todos los lugares cercanos a los ojos, veo como cierra los ojos y entonces se me ocurre. Quizás quiera dormir. Así que paro de acariciarle.
-Katniss...- dice Peeta vergonzoso, mientras me agarra de la mano- me gusta que me acaricies -al decir eso sonrió, este es Peeta, mi Peeta.
-Vale, no pararé. -y vuelvo a sonreír. Sé que el no me ve, pero es más una sonrisa para mi misma.
-Katniss... ¿Podrías cantarme?
Creo que me dijese eso era lo último que se me hubiese ocurrido, lo último. Pero da igual. Toso un poco, para aclararme la garganta, y empiezo a cantarle.

"En lo más profundo del prado, bajo el sauce Hay un lecho de hierba, una almohada verde suave; Recuesta tu cabeza y cierra tus adormilados ojos Y cuando los abras de nuevo, el sol estará en el cielo. Aquí es seguro, aquí es cálido Aquí las margaritas te protegen de cualquier daño Aquí tus sueños son dulces y mañana se harán realidad Y mi amor por ti aquí perdurará."

Cuando mi padre murió deje de cantar, y luego me costó muchísimo volver a empezar a cantar. Primero en el bosque, luego en casa, y después empecé a soltarme un poco. 
La verdad es que después de tantos años sin cantar, todavía me acuerdo de todas las canciones que nos enseñaban a Prim y a mí en casa, no se me a olvidado ninguna, o eso creo...
-Me encanta esta canción ¿Podrías volver a cantarla? -susurra Peeta cuando termino de cantarla. Y se la repito una y otra vez hasta que se queda dormido.
-Buenas noches cariño -susurro para mi misma y le doy un beso en la nariz a Peeta.


Cuando me despierto, es pronto, pero el sol ya a salido. Peeta sigue dormido, y como no escucho ningún ruido deduzco que los niños también... Por la posición del sol diría que son sobre las cinco de la mañana, pero si me quedo en la cama sé que no dormiré y no me gustar estar sin hacer nada, así que decido bajar a la cocina a desayunar algo.
Cojo un par de galletas hechos por Peeta y una pera, nos las traen desde el distrito 11, ya que por aquí no las podemos encontrar.
Me pongo la ropa de caza, y sin hacer ruido salgo por la puerta de casa, y corro hasta el agujero más cercano que hay en la valla que rodea el Distrito.
Al entrar al bosque noto un poco de nostalgia, hace mucho, demasiado tiempo que no venía por aquí. 
Junto ami hay un enorme árbol así que me subo en el, y sentada en un ancho tronco me tomo el desayuno, hasta que algo, o más bien alguien me llama...

lunes, 23 de diciembre de 2013

RODAJE DE SINSAJO

He encontrado unas fotos del rodaje de Sinsajo, no son muchas pero os las dejo aquí... Ver estas fotos me dan cada vez más ganas de ver la película jejeje ¿a vosotros no?
P.d. El nuevo capítulo esta casi terminado, así que lo publicaré hoy sin falta, perdonar el retraso.
Un beso!





jueves, 19 de diciembre de 2013

Tras sinsajo - Capítulo 9

Siento no haber escrito ningún capítulo estos días, pero he estado muy liada y aunque haya intentado escribir un poco, no me daba como para publicar un capítulo nuevo. Siento mucho la espera, pero espero que os guste. Un beso.

Pasa un rato hasta que veo a Peeta entrar por la puerta de la cocina. No sé cuantos minutos habrá estado fuera, tal vez sean pocos, pero ami se me ha hecho eterno. 
He intentado no pensar en mi hermanita, ni en mi madre, ni en mi padre, ni en Madge, ni en Gale, ni en nadie... He intentado pensar en el trabajo que tendré mañana, pero aun así siempre se me escapaba algún pensamiento de ellos. De los que quería.
- He hablado con Prim, y dice que ahora entiende muchas cosas... Cuando te calmes, cuando quieras podrás hablar con ella, pero le he pedido que no te agobie con el tema, y creo que me ha entendido bien.- Al decir eso noto a Peeta distante, no enfadado ni mucho menos, pero si distante de mi, y eso me ha hecho sentir mal conmigo misma, supongo que será mi culpa.
-¿Estás bien cariño? -digo sin pensármelo dos veces, y el asiente con la cabeza, pero le conozco muy bien y sé que algo no va bien, y se lo noto en la cara.- Peeta... -digo triste - ¿Seguro que estas bien? Te conozco, y diría que tu cara no dice eso...
-Si Katniss, estoy bien... -dice con un punto triste- Solo es que me muero de sueño... Me voy a la cama- Se da la vuelta, y al dar un segundo paso dice- Solo es que... Gale a llamado.
-¿Cómo que a llamado? ¿Y para qué?
-Katniss... Gale vuelve al Distrito ¿no te acuerdas?
-Peeta... Sé que en el pasado no me porte del todo bien contigo, pero después de tantos años creo que me merezco tu confianza... Peeta -le digo con dura voz- Gale vuelve, pero eso no significa que nada cambie.
-Eso espero -y se va a la cama.
Yo no he hecho nada... No sé a que viene esa reacción de Peeta, pero la verdad es que tengo un sentimiento de culpabilidad y no entiendo porque...
Peeta sabe lo mucho que le quiero, y nunca jamas me separaría de él, nunca. 
Gale se fue, me dejo alado... Y aun así Peeta estuvo aquí, conmigo... Yo en aquel momento tenía los sentimientos claros, sabía que quería estar con Peeta, pero aun así el me ayudo tanto... Me ayudo a salir del oscuro pozo en el que entré, y eso no se lo podre agradecer jamás. 
Subo corriendo las escaleras, y abro la puerta de la habitación, al verme, Peeta se da la vuelta y se pone mirando por la ventana; yo me siento en un cómodo sillón que esta cerca de la puerta.
-¿Sabes por qué se fue?- pregunto, pero no recibo respuesta, como me esperaba -Porque yo te quería a ti desde el principio, y él lo sabía, lo sabía mejor que nadie...
-Lo siento Katniss -susurra el.


sábado, 14 de diciembre de 2013

Tras sinsajo - Capítulo 8

Al poco rato de hablar con Peeta me he dormido. Hoy he dormido muchísimo, si; pero siento que el peso de mi cuerpo es enorme y además se me estaban cerrando los ojos, así que he decidido dormir.
Cuando me he despertado he visto como en el sillón de alado estaba sentada mi hijita Prim, leiendo un libro.
-¿Ya te has despertado mamá? -me pregunta la pequeña, en sus ojos noto preocupación.
-Si cariño ¿Tu qué tal en el colegio?
-Bien, bueno... Si, bien -Dice con duda. Mira alrededor asegurándose que no hay nadie- Papá a llevado a Gale a la plaza, han ido a comprar algo, no sé el que.
-¿Qué lees?
-Mira- y deja sobre mis manos el libro, se titula "la niña del bosque" -¿De que trata? -le pregunto con curiosidad.
-Es una niña que nace y vive en el bosque y encuentra una especie de Distrito... Pero todavía me falta la mitad del libro para terminarlo.- respira hondo y me mira- ¿Porqué has llorado a la mañana mamá? Estoy muy preocupada... ¿Es grave?
Le miro a los ojos, y veo que los tiene llorosos, y no puedo evitar sentirme culpable.
-Era por mi hermana... 
-¡¿Tu hermana?!
-Si, mi hermana que falleció... Es una larga historia.
Le miro a los ojos, y veo que los tiene llorosos, y no puedo evitar sentirme culpable.
Todavía dudo si me saldrán las palabras, pero le debo una explicación.
-Papá y yo queríamos contároslo más tarde, pero creo que ha llegado el momento- suspiro y me pongo a pensar por donde empezar- Te lo contaré desde el principio ¿Vale? Hace años, muchos años Panem no era como vosotros lo conocéis. Antes de que yo naciera, unos 58 años antes más o menos, los Distritos se enfadaron con el Capitolio.
-¿Por que? 
-Deja las preguntas para el final Prim, primero déjame contarte la historia.- ella asiente con la cabeza.-Bueno, la cosa es que los del Capitolio tenían todo lo que necesitaban y más. Podían pasarse el día comiendo y aun así les sobraría, y no solo eso, tenían las mejores tecnologías, toda la ropa, accesorios, y tonterías que querían, mientras en los distritos la gente pasaba hambre y tenía que trabajar muchísimo si no querían morir de hambre. Por eso se enfadaron los Distritos y decidieron revelarse contra ellos, por eso hubo una guerra, una guerra en el que al final los distritos perdieron. El Capitolio como castigo se supone que hizo desaparecer el Distrito 13, y invento unos "Juegos"- digo, mientras intento que capte la ironía.- Los Juegos del Hambre. Después de 58 años, como te he dicho antes, yo nací, y papá también, yo era de una familia pobre, mi padre era minero y mi madre, tu abuela, hacía pequeños trabajillos por el Distrito, y como sabía de medicina ayudaba a la gente. Cuando tenía cuatro años nació Prim, mi hermana.
-¿Se llamaba como yo?- me mira- Uii, perdona... Sigue mamá.- y yo le sonrío.
-Si, o bueno... Mejor dicho tu te llamas como ella.- ¿Por donde iba? Ah si... Pues bueno, era ella cariñosa, muy buena persona, era muy dulce, todo el mundo la quería... Pero cuando tenía ya los 11 cumplidos, mi padre falleció en un accidente en la mina, y con eso mi madre cogió tal disgusto que no fue capaz de moverse de la cama en muchísimo tiempo; mientras nosotras, mi hermana y yo, teníamos que comer, pero teníamos ni dinero ni nada, y lo estábamos pasando muy mal. Un día de esos, cogí la ropa vieja de Prim y fui a venderlo al mercado, pero nadie las quería y me quedé tan hecha polvo que decidí ir a buscar en las basuras de los carniceros, panaderos... Y así conocí a papá, el me dio un trozo de pan; aunque después su madre le pego por eso... El día siguiente, quise darle las gracias, pero me daba muchísima vergüenza, pero me quede mirándole, el hizo lo mismo y cuando aparte la mirada vi un pequeño diente de león... Y ver aquello, no sé, me dio esperanza... ¿Entiendes? Es complicado- pero ella asiente con la cabeza- entonces decidí que empezaría a cazar como mi padre. Durante los próximos años alimente a mi familia con la ayuda de un amigo, hasta que llego el día de la cosecha de los septuagesimocuartos juegos del hambre. ¿Sabes lo que es?
-Si, más o menos... Nos lo explicaron en el colegio
-Bueno, pues era el primer día de la cosecha de Prim y yo como tenía dieseis años tuve que ir también... Y ella salio elegida. Pero no podía dejar que le pasase eso y me presente voluntaria por ella. Y entre los chicos salio papá.
-Así que... ¿Papá y tu fuisteis a Los Juegos? ¿A esos juegos que tanto miedo dan?
-Si cariño, así es...
En ese instante se abre la puerta de casa, y Gale entra corriendo en el salón.
-¡Hola! Se acerca a donde mi ¡Hola mamá! -y me sonríe.
-Hola guapo.- por la entrada veo a Peeta con una bolsa en la mano, y se acerca a donde mi.
-¿Estás mejor?
-Si Peeta, mucho mejor... Estábamos aquí Prim y yo hablando.- y le sonrío para que no se preocupe.
-Mamá, cuéntame todo por favor... -me dice Prim.
-Ahora no es el momento.- le doy un besito en la nariz.-Peeta, te ayudaré con la cena.
Me acerco a la cocina, y voy directamente hacía sus brazos. Necesitaba este cálido abrazo, y no me separo de el unos cuantos minutos. Sus brazos son fuertes, capaces de coger mucho peso, y cuando me abraza noto esa fuerza que me transmite seguridad.
Aprovecho para contarle todo lo que le he dicho a Prim, y el me vuelve a abrazar.
-Has hecho lo mejor, sé que para ti es muy duro Katniss, lo sé y lo entiendo... Supongo que sientes lo mismo que cuando se sentí que te perdía.
Derramo una pequeña lágrima, y tras esa otra y otra más... Durante todo ese rato siento sus brazos abrazando mi cuerpo. Pasa mucho tiempo hasta que consigo calmarme, y entonces el me dice.
-Tranquila, iré a hablar con Prim y le contaré yo todo. Tu solo respira hondo... Pronto estaré otra vez aquí, contigo. Te lo prometo.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Tras sinsajo - Capítulo 7




Intento caminar poco a poco; me duele todo el cuerpo y moverme me cuesta muchísimo, pero no puedo quedarme en medio del bosque tirada, sería una caza demasiado fácil para los animales salvajes. 
En cada paso que doy, siento que el peso de mi cuerpo es cada vez mayor y claro, también me duele más y más.
Miro a mi alrededor, pero no reconozco nada. Es cierto que la vista la tengo muy nublada, pero aún así se me hace raro no reconocer nada.
A un par de metros de mi veo un grueso árbol, y me apoyo en el. Poco a poco me voy agachando hasta terminar sentada en el suelo, y apoyada en el árbol miro a mi alrededor, pero sigo sin saber donde estoy.
Veo árboles y más árboles, y una gran roca.
Si estuviese en buen estado me preocuparía de estar tirada en medio del bosque, sobre todo porque si aparece algo no sería capaz de reaccionar; pero lo que ahora me pide mi cuerpo es dormir; así que apoyo la cabeza en el árbol y cierro los ojos, y sin darme tiempo a pensar nada más estoy dormida.
Sueño con la pequeña Prim, con mi hermanita, pero no es una pesadilla como es normalmente, es un bonito sueño.
Ella esta en un gran campo, lleno de flores de todos los colores posibles. Esta cantando una canción, pero no puedo reconocer cual es. Cuando se da la vuelta, me coloca un pequeño diente de león en el pelo, y me dice que le gustaría ser como yo, y me dice que me quiere...

Siento un duro golpe en todo el cuerpo, y abro los ojos; pero en vez de ver el extraño bosque, me sitúo en el suelo del salón de mi casa.
Estoy junto al sofá, y supongo que me habré caído de ahí.
Pero eso no es lo más raro, no. La cosa es ¿qué hago yo en casa? 
Yo cuando me he dormido estaba es bosque y no en casa... O al menos eso es lo que recuerdo.
Veo en mi mente una imagen de árboles y árboles y una gran roca en medio, ahí es donde me he dormido, si.
Puede que haya venido aquí dormida, pero nunca he sido sonámbula, así que me quito esa idea de la cabeza. 
Entonces... si yo no he venido sola, significa que alguien me ha traído, pero la pregunta es ¿Quién?
Tal vez haya sido Peeta; al no encontrarme en casa se preocuparía y iría a por mi al bosque... Eso tiene mucha lógica, o más que la anterior suposición si por lo menos. Si, Peeta me habrá traído.
En ese momento se abre la puerta principal, y es Peeta.
-¡Hola cariño! Que pronto has venido hoy, no te esperaba en casa -me dice con una sonrisa de oreja a oreja.- Pero bueno, así mejor... Más tiempo juntos
-¡¿Cómo que no me esperabas?! -le digo medio gritando - ¡¿Cómo que no?!
-Yo... Quería decir que como normalmente llegar sobre las seis, que estés aquí tan pronto se me hace raro... Nada más.
-Ya, ya ¿Pero, tu no me has traído aquí? -le pregunto, ahora más calmada.
-¿Traerte? ¿De dónde te iba yo a traer? -le miro a Peeta a los ojos, y no me oculta nada. De hecho su cara me dice que no sabe de lo que estoy hablando.-Katniss ¿De qué estas hablando?
Intento pensar en que ha pasado antes...
Después de dejar a lo pequeños en el colegio, en un momento de pánico he corrido hasta el bosque como loca... Luego me acuerdo que había un lago; el lago; y he saltado hay... Luego he intentado venir a casa, pero estaba tan mareada que he tenido que dormir en un grande árbol... Y luego... Luego me he despertado aquí.
Algo falla en la historia, quiero decir; es imposible dormirme en mitad del bosque y despertarme en casa. 
Es imposible si no es que alguien me ha traído... 
-Del bosque Peeta, del bosque.- entonces le cuento detenidamente todo, desde el principio. 
El me abraza, me abraza muy fuerte. Y entonces me susurra al oído "¿Esperarías un minuto aquí? Quiero enseñarte algo."
Yo asiento.
Peeta se va del salón y escucho como abre la puerta principal, y luego como la vuelve a cerrar. Yo no me muevo del sillón, como le he prometido; pero en menos de un minuto vuelvo a escuchar como abre la puerta y se vuelve a cerrar, y aparece en el salón de nuevo. 
Se me acerca muchísimo, casi rozo sus labios.
-Acuérdate Katniss, no debes de perder la esperanza... Tu hermana no se merecía eso, y lo sabes mejor que nadie, pero así fue, y ahora tienes que pensar en el futuro, como lo has hecho hasta ahora.- mete su mano en el bolsillo del pantalón y saca una pequeña flor, una pequeña flor amarilla, un diente de león.
-No perderé la esperanza, te lo prometo Peeta.


miércoles, 11 de diciembre de 2013

Tras sinsajo - Capítulo 6

Mientras estoy ayudando a los niños a coger la mochila y el abrigo para ir ya al colegio, Peeta medio corriendo se nos acerca.
-Perdona, se me ha hecho tarde, tengo que ir a la panadería.- Como saludo a Prim y Gale les da un suave beso en la mejilla, y a mi otro en los labios.- ¡Adiós!
Cuando están ya preparados yo también me pongo rápido la chaqueta y les cojo a cada uno de ellos de una mano. 
Al notar sus pequeñas y suaves manos sobre las mías, no puedo evitar pensar en los indefensos que son, pero a la vez sonrío de que ellos puedan vivir en paz, y sobre todo de que no conozcan el verdadero hambre. No es que seamos ricos, para nada, hoy en día en Panem nadie es rico; pero tenemos lo suficiente para vivir, y con eso nos sobra ¿Para que tener más?
Abro despacio la puerta de madera, y salimos a la calle. Noto un frío en aire en las mejillas, pronto llegará la primavera, y por eso las temperaturas no son muy bajas; pero a estas horas todavía hace frío.
Les aprieto un poco las dulces manos a los pequeños y empezamos a caminar hacía el colegio. 
Las calles están bastante llenas, de gente que va a trabajar. Hoy en día no hay minas, cerraron todas por lo peligrosas que eran, pero sobre todo por el duro trabajo que traían. Por eso plantaron verduras, frutas... Y así llevamos hacía delante nuestro Distrito. Pero lo mejor es que ahora nadie pasa hambre, eso ya no existe, todos tienen lo suficiente dinero para vivir en condiciones.
-Yo de mayor quiero ser agricultor, como esos.- dice Prim, señalando a unos agricultores que nos sonrien- quiero plantar comida.- y me mira con una enorme sonrisa.
-Pues yo...- dice Gale pensativo.- mmm nose...- mira hacia un lado donde se ve el enorme bosque donde tantas horas paso- Yo quiero ser cazador; cazador como mamá.
-Gale el cazador- respondo entre risas- si, suena bien.
-Eh -dice Prim, fingiendo enfadarse- ¿Y yo qué?
Me agacho, y la miro a los ojos, y no puedo evitar acordarme de Prim... 
No de mi hija, si no de mi hermanita, mi querida hermanita que nunca haría daño ni a una mosca... Mi hermanita que cuando la llevaba a cazar lloraba con cada animal que cazaba, porque los quería, y siempre he admirado esa capacidad suya... 
Mi hermana, la única persona que siempre he tenido claro, o más bien tenía claro, que la quería.
Si ahora estuviese aquí estaría muy orgullosa de mi, he dejado todos mis rencores y odios a un lado y he sido capaz de formar una familia, una familia de la que me gustaría que ella formará... Pero el peor de los males se la tuvo que llevar. 
Ella amaba todo, sin conocer lo que era, veía lo bueno de todo, y conseguía quererlo; yo era al revés, siempre he visto la mala parte de todo. Ahora en cuanto a eso si que estoy cambiando un poco, pero aun así nunca seré como Prim, nunca...
-Si, Prim la agricultora también suena bien cariño.
-Mamá, no llores ¿Qué pasa?- me dice Prim y me abraza, y Gale hace lo mismo.
-No pasa nada... Después del colegio hablamos ¿Vale? -ellos asienten, y todo el camino que nos quedaba hasta el colegio lo hemos hecho en silencio. Al dejarlos ahí los saludo y ellos me vuelven a dar un cálido abrazo. 
Mientras voy a casa siento como el mundo se me cae encima, y cuando apenas me faltan unos minutos para llegar a casa empiezo a correr.
Corro lo máximo que puedo, enseguida los muslos me empiezan a doler, pero ¿qué importa?
Corro y sigo corriendo... Hacía el bosque.
Sigo corriendo hasta que ya no puedo más, y entonces veo como enfrente mio tengo a aquel lago... El lago que nos enseño mi padre antes de morir, y el que a ella tanto le gustaba.
Sin pensarme nada dos veces salto al lago, salto como si hay estuviese más cerca de la pequeña Prim... 
Me meto debajo del agua, buscando libertad, buscando a todos los que por mi culpa se fueron... Buscando a Prim, a Finnick, a Cinna, a Boggs... Ellos eran los mejores, y se merecían algo mejor, pero por las malditas vallas no están aquí.
Siento que me estoy ahogando, que me quedo sin respiración y salgo de debajo del agua, y estoy llorando, llorando como hacía mucho que no lo hacía. 
Son demasiados recuerdos para mi sola, cuando me dan estos bajones siempre suelo tener a Peeta aquí, conmigo, pero ahora estoy sola, y se que soy egoísta porque quiero compartir mis problemas con el... Pero lo necesito tanto...
Salgo del agua, y desde fuera vuelvo a mirar al lago, al limpio lago. Y para aliviar el dolor me digo ami misma que si no hubiese levantado esas vallas ahora no estaría aquí, y que nuestro Distrito seguiría en la misma miseria. Pero eso no me sirve, y sigo llorando. Siento como se me hincha la cara, y creo que lo mejor será ir a casa, si no quiero coger un resfriado por lo menos.
No sé que hora es, y no he cazado nada todavía, pero hoy no es el mejor día para estar por aquí. Todo me recuerda al pasado.


martes, 10 de diciembre de 2013

Tras sinsajo - Capítulo 5




-Buenos días Katniss, ¿Qué tal has dormido?
Abro los ojos sin prisa, noto la suave luz que entra por la ventana y me da en los ojos todavía cerrados. Hoy a la noche ha llovido muchísimo, y el ambiente es húmedo aun. Al abrir los ojos siento un pequeño pinchazo en los ojos, será por la falta de sueño. Despacio, con mucha lentitud muevo mi cuerpo hacía el otro lado, hacía donde se situaba el.
-Buenos días guapo. -le digo despacito todavía. El acerca su fuerte mano, aquella manos que me dan tantísima seguridad. Me aparta el pelo de la cara y se queda mirándome fijamente a los ojos, y yo hago lo mismo. Me quedo hipnotizada mirando sus ojos, y como me suele pasar siempre, me vuelvo a perder en esos ojos que parecen el mar, un profundo mar.
Pero entonces veo que no puedo pasarme la mañana en la cama, y miro al reloj. No es tarde, pero si no nos movemos pronto se nos hará.
-Fue una fantástica noche cielo. Te quiero.
-Yo también te quiero.- y le respondo con un cálido beso.-Pero se nos ha hecho tarde, así que deberíamos de darnos prisa.- y me escapo entre risas hacía la cocina.
Cuando llego empiezo a sacar algunos cereales y cuatro cuencos cuando Peeta me dice que vaya a despertar a los niños, él nos preparará el desayuno.
Me dirijo hacía la habitación que comparten Prim y Gale.
- ¡Buenos días! - y los dos me responden diciéndome que tienen sueño.- Venga, que se nos hará tarde ¡venga!
Prim mueve el cuerpo incomoda, y me sitúo a su lado.
-Buenos días Prim, buenos dias... -me mira con los ojos muy abiertos.
-Bffff...- y respira muy hondo.- Voy...
-Luego intento hacer lo mismo con Gale, despertarle a el me a costado un poco más, bueno más que despertarle hacerle levantar.
Cuando los dos están por fin vestidos se acercan hacía la cocina, y para entonces Peeta ya nos tiene preparado un cuenco de cereales con leche para cada uno, también un vaso de zumo de manzana y uva, y un trozo de riquísimo pan con nueces.
Creo que el desayuno es mi comida favorita, es perfecto... Tenemos fruta, el riquísimo pan de Peeta, y cereales, y con suerte leche o yogur.
Me acuerdo que cuando era pequeña soñábamos con desayunar, pero ese solo era un lujo para los más ricos.
Me alegro de que Prim y Gale puedan disfrutar de este lujo...


domingo, 8 de diciembre de 2013

Tras sinsajo - Capítulo 4

-¡Vamos! ¡Vamos! - dice Prim medio gritando contenta. Y en ese instante se abre la puerta, es Peeta.
Sin dudarlo se dirige hacía mi y me da un cálido beso en los labios. Luego se agacha y le da a Gale y Prim, a cada uno de ellos un beso en la mejilla.
-¿Qué tal el dia? -dice, sin referirse en especifico a nadie. Los dos pequeños le dicen que muy bien, y luego me mira ami - ¿Y tu?
-Bien cariño, a sido un día un poco raro diría yo...- le digo entre carcajadas, y el me sonríe.
-Ahora mismo íbamos a cocinar la cena.- dice el pequeño Gale, y sin pensarlo dos veces corre hacía la cocina y desde ahí nos grita.- Venga ¡¡¡¡veniiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiir!!!!
Entre una cosa y otra hemos tardado al rededor de una hora en preparar la cena, y cenando otros tres cuartos de hora; y al final se nos ha hecho tarde.
 Mañana Prim y Gale tienen que ir a clase, y Peeta irá a la panadería, por lo tanto yo aprovecharé para cazar; así que lo mejor será ir a la cama ya.
Después de acostar a los dos pequeños y contarles un cortito cuento, Peeta y yo vamos hacía nuestra habitación, y por fin puedo decir que tenemos tiempo para nosotros. 
En todo el día no hemos estado nada juntos, a la mañana si que nos hemos visto, pero el se tenía que ir a trabajar, y hasta ahora como hemos estado con los hijos...
Cuando nos metemos en la cama Peeta me mira, en su mirada se nota que duda en decirme algo o no.
-Katniss...- dice vergonzoso.- ¿Sabes cuando va a volver Gale?
-No...- y pienso otra vez en la carta, por si especificaba algo.- En la carta no ponía nada.- le digo dulce- ¿Porqué?
-No, nada, por...- y le corto con un apasionado beso.
-¿Acaso importa? -le digo, y veo su sorprendida cara, y le vuelvo a besar.
Esta vez el beso es más largo, y mucho más apasionado.
-Por fin tenemos tiempo para nosotros Peeta, por fin.
Y entre besos y más besos pasan las horas... 
Mañana supongo que nos arrepentiremos, estaremos muertos del sueño, pero ahora no puedo pensar en eso...  
Últimamente no le he hecho mucho caso la verdad, desde que recibí esa carta e estado pensando, pensando y pensando y metida en mi pequeño mundo de recuerdos casi olvidados. Y el pobre Peeta me ha apoyado y yo pensando en otras mil cosas, en todas menos en el; ahora es el momento para demostrarle que sigo aquí, que sigo aquí para el, y solo el.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Tras sinsajo - Capítulo 3

Desde que recibí esa carta algo a cambiado.
En años. muchísimos años, no e sabido apenas nada de Gale. Es verdad que en mi cumple me llamaba, y yo en el suyo, pero eso era hablar dos veces al año. Luego solía salir en la televisión o en el periódico muchas veces, y durante todos estos años he intentado verle todas las veces que e podido; por lo menos quería sentir que sabía algo de él... ¿Pero el de mi? Apenas sabrá nada.
Durante la última semana no he hecho más que pensar y pensar y pensar, y no me lo puedo creer.
Gale...
Gale va volver a casa, a nuestro Distrito. Este en el que tenemos tantos y tantos recuerdos juntos. El y yo, yo y el. En aquellos días en los que uno estaba hecho para el otro.
Yo le quería mucho, creo que más de lo que el cree... Pero no de la misma forma del que el me quería. Creo que en algún momento si que sentí algo especial por el, pero ni comparación con lo que siento por Peeta.
La verdad es que esa etapa de mi vida la tengo muy borrosa; fue una etapa que apenas fui consciente de nada, por todo el dolor que sentía deje de ser yo, y me convertí en prácticamente nada.
Nuestra cabeza es sabia, hace que los peores recuerdos de nuestra vida casi desaparezcan, y eso es lo que me ha pasado ami. Pero los buenos recuerdos hay se mantienen, firmes. Aveces me vienen a la cabeza imágenes de Prim cogiendo flores o limpiando el espejo de mi padre en nuestra antigua casa, también me acuerdo de Gale, el y yo en el bosque corriendo silenciosamente tras nuestra comida, o cuando íbamos al lago; y también esta hay Magde, me acuerdo de ella tocando el piano, cuando ella lo tocaba parecían ángeles y te hacía olvidar las cosas malas...
-¡Maaaaaamaaaaa! -escucho un grito desde la cocina, y me hace despertar de mis pensamientos.
Corro hacía la cocina, como si me fuese la vida en ello. Siempre lo hago, desde que tuve que ir a esos malditos Juegos...
-¿Qué pasa? ¿Estáis bien?
-Si, tranquila - responde Prim, intentando tranquilizarme -solo que queríamos ayudar preparando la cena... Últimamente estáis muy ocupados, y queríamos ayudar... Pero no sabemos como preparar nada. -dice ella triste, pero yo sonrío feliz; feliz de tener a los dos hijos más dulces que podía haber tenido.
-Oh, sois un cielo - y les doy un beso en la mejilla a cada uno- pero no os tenéis que preocupar de nada. Eso si, si queréis ayudarme a preparar la cena ami... - y les miro vacilona.
-Siiiiiiiiiiiiiiiiiiii -responden los dos al unisono.
-¿Entonces, a que estamos esperando? - les digo, y no puedo evitar reírme.

martes, 3 de diciembre de 2013

Tras sinsajo - Capítulo 2

Hola Gale.
Estoy muy bien, y la gente del Distrito también; muchas
veces me suelen preguntar por ti, pero nunca sé qué responder...
Me alegré muchísimo de que me escribieras, de verdad.
Gale, yo también te echo de menos, probablemente más
de lo que tu crees. Pero después de como termino todo
no me he sentido capaz de escribirte, y de llamarte mucho menos.
Me alegro de que vuelvas, y así espero que arreglemos todo.
Más que irónico... Cuando me dijeron que tu hijita se llamaba
Katniss no me lo podía creer, y muchas gracias Gale.
Tu tambien me importas, y mucho.
Un enorme beso, y aquí te esperamos todos, en casa.

Después de cuatro horas escribiendo y escribiendo por fin me a salido una carta más o menos decente. Aunque a decir verdad todavía no me convence.
Nunca e sido esa clase de persona que expresa sus sentimientos, pero si Gale lo ha hecho por mi, yo también lo debería de hacer por él.
Escribiendo suelo ser fría, pero esta vez he intentado no serlo... Espero haberlo conseguido.
-Katniss, ya es tarde... Deberías de acostarte -me dice Peeta, con dulce voz.
Él siempre se preocupa por mi. Y tiene todo lo que ami me falta; su dulzura, su calma para todo, su tranquilidad y mil cosas más que podría decir.
-Enseguida voy, e terminado ya.
Y Peeta me responde con una sonrisa.
Preparo todo para mandárselo a Gale, y me voy a la cama.
Al llegar a nuestra habitación veo a Peeta quieto, como la piedra. Mira hacía la ventana, pero con la mirada perdida diría yo.
-Ya estoy- le digo alegre, pero no responde.- cielo, ya estoy.- Pero sigue sin responder.
Me coloco enfrente suyo, y me doy cuenta: le han vuelto a venir recuerdos.
Cada vez le pasa menos, pero cuando le pasa no se inmuta con nada, se paraliza totalmente.
El medico me dijo que tenía que hacerle recordar buenos recuerdos.
Me acerco hacia él, y tras suspirar muy hondo empiezo.
-¿Te acuerdas de cuando llegaste aquí? Yo estaba hundida, no era nadie, y no era capaz de moverme del salón. Todavía no sé muy claro por que, pero sería porque había perdido a todos… También pensaba que te había perdido a ti, pero apareciste, y entonces empezé a ser alguien, empezé a ser yo misma, gracias a ti ¿Te acuerdas?- Peeta todavía no responde, pero parpadea los ojos.- Peeta, si he podido armarme de valor para seguir en esta vida ha sido gracias a ti, por que sola jamás podría haber superado todo…
-Yo también te necesito
-Oh Peeta, has vuelto- le digo, mientras le abrazo muy fuerte.
-Gracias a ti Katniss.- vuelve a mirar por la ventana, hacía el oscuro cielo.- Me amas ¿Real o no real?
-Real.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Tras sinsajo - Capítulo 1

Abro los ojos y lo primero que veo son sus ojos azules, esos ojos en los que tantas veces me he perdido. Hoy por fin puedo decir que e dormido bien, no e tenido pesadillas. Menos mal que desde que él esta aquí, conmigo, cada vez son menos las noches que paso despierta por el miedo a dormir.
-Buenos días cariño, me alegro de que hoy hayas dormido tan bien.
-¿Cómo consigues saberlo siempre? -le pregunto, y de verdad que quiero saberlo. Él siempre sabe si tengo pesadillas o no, y yo... Yo nunca. Es como si el tuviese un don para eso.
-Será porque te conozco bien - responde entre risas. Y mientras me sujeta por el cuello me besa.- ¿Cómo consigues que te quiera tanto Katniss? - dice mientras imita mi voz, y me vuelve a besar, pero esta vez es un beso más largo, que hace que quiera más, que hace que desee sus labios.
Y ahora la que le besa soy yo, y entonces no puedo evitar acordarme de nuestro primer beso. 
Fue hace mucho, muchísimo tiempo; y desde entonces las cosas han cambiado mucho, y la mayoría a mejor, pero por ese camino también e perdido a gente, gente a la que quería de verdad y solo con pensar me derrumbo.
La puerta se abre despacio, y por abajo se asoma una cabeza, con melenita rubia y unos enormes ojos grises, es Gale.
-¡Por fin os habéis despertado! -dice el pequeño mientras salta hacía nuestra cama.
Enseguida otra cabezita se asoma por la puerta.
-Buenos días Prim- le digo a la pequeña, su largo pelo oscuro le tapa una parte de la cara, pero enseguida se lo quita y se deja ver sus ojos azules.
-Mamá, a llegado una carta para ti, toma.
Mientras abro la carta Prim y Gale bajan al piso de abajo a desayunar.
La carta es de Gale... Hace muchísimo que no sé nada de el.

Hola Catnip ¿Qué tal te va por el Distrito 12?
Llevo tiempo armándome de valor para mandarte esto, porque quiero que sepas
que no me e olvidado de ti, y que te echo muchísimo de menos, que echo de menos
aquellos días que pasábamos en el bosque tu y yo, eran geniales.
 Parece que a pasado más de una eternidad,pero si te pones a pensar
 solo son unos años, años intensos eso si.
Te suelo escribir cartas de estas aveces, pero no soy capaz de mandártelas;
tu has rehecho tu vida, y yo la mía, pero no formamos parte de la misma y eso es tal vez lo 
que más duro se me hace.
Me costó perdonarte que me olvidases tan pronto, y que quisieras a Peeta,
pero sé que el te merecía, y yo, bueno... 
Creo que pronto volveré a casa, al 12, después de tantos años y entonces tal vez 
todo pueda mejorar,tus hijos y los míos podrían jugar. 
Mi hija Katniss y tu hijo Gale; ¿Qué irónico verdad?
Para mi eras, eres y serás importante siempre. 
Un enorme abrazo .
Gale.

Noto como mis lagrimas caen, y sin preguntarme nada Peeta me abraza. Es un abrazo fuerte y entonces decido que responderé a Gale, como el se lo merece.